Desde hace más de 65 años...
Tras 10 años de trabajo, y al enterarse que su dueño decidía cerrarla, Pedro decidió tomar las riendas, ya que tenía en claro que su sueño era continuar ofreciendo su pasión en joyas y relojes.
Su objetivo era claro: ofrecer lo último en joyas a Rafaela y la región.
Su gusto personal exquisito se fue enriquecido con sus viajes y visitas a exposiciones internacionales. El estudio inacabable sobre esta maravillosa materia fue lo que lo mantuvo en movimiento para brindar a sus clientes joyas exclusivas.
En el crecimiento de la empresa, su hija Laura junto a su esposo Rubén jugaron un papel importante. Ellos fueron quienes decidieron participar en eventos en Estados Unidos, España y Suiza, lugares en los que lograron encuentros con importantes empresas de relojería como Rolex, Longines y otras marcas europeas.
Con pasión y fe en el trabajo, a lo largo de su historia, emprendieron emocionantes desafíos. Crearon una joyería que lleva la carga del símbolo y la identidad de la ciudad. Estudiaron incansablemente los mercados de la moda, participando de la continua evolución que se da desde el principio de los tiempos.
Hoy, Ricserdan camina hacia los setenta años de tradición en la ciudad, con orgullo por el pasado, pasión por el presente y confianza en el futuro.